No fue solo una voz la que ganó anoche. Fue una historia. Nico Behringer, el joven que se presentó en La Voz Argentina con una guitarra prestada y un sueño inmenso, se convirtió en el gran ganador de la edición 2025 del certamen de Telefe. Representante del Team Luck Ra, logró lo impensado: llegar a la final, conquistar al público y llevarse no solo el premio mayor, sino también el respeto de todos.
Desde su primera presentación, cuando interpretó “Prófugos” de Soda Stereo, Nico Behringer dejó claro que su talento no venía acompañado de marketing ni de discursos ensayados. Su historia lo contaba todo: tras la muerte de su padre en 2020, tuvo que hacerse cargo de su hermana menor. “Vivimos por nuestra cuenta, somos ella y yo nomás. Somos el círculo completo, es un dúo familiar”, había dicho meses atrás, con una calma que escondía años de lucha silenciosa.
Esa biografía marcada por la pérdida, la calle y la música fue el motor que lo impulsó. Durante años, Nico cantó en subtes, ferias y plazas de Buenos Aires para sobrevivir. Hasta que un día decidió probar suerte en el programa y se anotó. Solo Luck Ra giró la silla, pero esa única elección le bastó para encontrar su lugar. Desde entonces, se volvió el ejemplo perfecto de cómo la constancia puede más que la suerte.
“Voy a estar eternamente agradecido por dejarme soñar y ayudarme a pelear una vida mejor”, escribió en redes sociales tras la final. Y no era una frase de ocasión: el joven artista callejero, que hasta hace poco grababa sus temas con un celular viejo, vivió incluso un gesto que conmovió al jurado. Luck Ra, su coach, le regaló un teléfono nuevo para que pudiera registrar sus canciones y subirlas con mejor calidad. Fue el momento más aplaudido de la temporada.
A lo largo del certamen, Nico Behringer creció canción a canción, sin artificios ni estrategias televisivas. Su voz, potente pero cálida, terminó por ganarse al público, que lo votó masivamente en la final frente a Alan Lez (Team Lali), Milagros Gerez Amud (Team Soledad) y Eugenia Rodríguez (Team Miranda!). El voto popular lo coronó, pero el mérito venía gestándose desde hace mucho tiempo.
Hoy, el ganador de La Voz Argentina se lleva 70 millones de pesos, un auto 0 km y un contrato con Universal Music, aunque lo que más celebra es algo más simple: poder dedicarse a la música sin tener que dejar la calle, el espacio donde se formó y donde todavía se siente en casa.
Nico Behringer no solo ganó un concurso: le dio forma a una revancha personal. La del chico que perdió a su padre, que no se rindió, y que ahora canta no por fama, sino por gratitud. Y si algo quedó claro en la final, es que detrás de su triunfo hay mucho más que una voz: hay una historia que ya pertenece al corazón de todos.