La dulce espera de Oriana Sabatini y Paulo Dybala viene cargada de ilusión, pero también de desafíos personales. En plena etapa de gestación de su primera hija, la cantante abrió su corazón en LAM (América) y contó cómo enfrenta los cambios que conlleva el embarazo y cuál es el mayor desafío que se viene.
El disparador llegó cuando Mónica Farro le preguntó sin rodeos si temía lo que vendría con su figura en los próximos meses. La respuesta fue inmediata y sin eufemismos: “Todos. Porque toda la vida tuve una mala relación con la comida”. De ese modo, Oriana Sabatini dejó claro que la maternidad, lejos de ser un camino lineal, se cruza con viejas batallas que aún resuenan en su vida diaria.
Con una honestidad que sorprendió al panel, la hija de Catherine Fulop reconoció que los primeros tiempos no fueron nada fáciles: “Los primeros tres meses me costaron mucho. Cuando te empieza a cambiar el cuerpo, la gente te dice: ‘Bueno, estás creando vida y tenés un bebé adentro’. No es tanto por el cuerpo, sino porque había logrado una estabilidad”.
En esa línea, Oriana Sabatini explicó la decisión que tomó para atravesar esta etapa de la mejor manera: “Recién ahora empecé un tratamiento más profesional porque estaba buscando y quería hacer las cosas bien, estar superordenada”.
Además, se refirió a los rumores que en otras ocasiones acompañaron su imagen en redes: “Nunca me jodió que me hayan embarazado. Pero me acuerdo de una vez que agarraron una foto mía en la que tenía pancita, porque estaba de atracón en atracón”. Y agregó con tono crítico: “Me parece raro el concepto de que porque una mujer suba de peso de repente, tiene que estar embarazada. Esa es la única opción, no puede haber engordado porque comió”.
Es que la preocupación de Oriana Sabatini no surge de la nada. En 2022 ya había confesado que había padecido anorexia durante cuatro años, un período que marcó su vida y su salud de manera profunda. En Perros de la Calle (Urbana Play) explicó: “No quiere decir que esté recuperada, porque es un camino muy largo, es una lucha diaria. Y es algo que me sigue afectando hoy en día”.
En aquel entonces reveló incluso las secuelas físicas que dejó el trastorno: “A mí me dejó de venir durante muchos años, se llama amenorrea. Ese es un indicio fuerte. Pero en ese momento, para mi pequeña cabeza trastornada de 15 años, que me dejara de venir era un logro”. Un testimonio que generó gran impacto y que ahora vuelve a cobrar sentido en el contexto de su embarazo.
Tiempo después, en 2024, recordó que durante uno de los momentos más duros decidió alejarse de las redes: “Dejé de poner fotos en donde se veía mi cuerpo porque también me hacía mal. Mientras yo me hacía bolsa. Para pasarlo, y con esto no quiero desmotivar a las personas que tienen estos trastornos, es algo que te acompaña toda la vida”.