En MasterChef Celebrity hay noches que arrancan tranquilas y terminan en plena ebullición. Eso fue lo que pasó cuando el Chino Leunis se le plantó a Germán Martitegui durante la devolución de su saltimbocca. El intercambio, que empezó con una crítica técnica, se transformó en un cruce inesperado que dejó a todos mirando la pantalla sin pestañear.
La receta del día había sido propuesta por Donato De Santis, que entregó ingredientes y paso a paso, pero sin mostrar el emplatado final. Ese detalle, que parecía menor, terminó siendo clave. El Chino Leunis presentó un plato bautizado “tatami”, inspirado en el corte cuadrado que eligió para la carne, y ahí comenzó el duro intercambio de posturas.
El primero en reaccionar fue Germán Martitegui, que apuntó directo a la presentación. Según el chef, ese corte no solo modificaba la tradición del plato, sino que implicaba desperdiciar parte del producto. La observación tocó un punto sensible: el concepto detrás de la preparación. Y fue entonces cuando Chino Leunis decidió responder.
“El plato original yo no lo vi nunca”, dijo con firmeza. Y agregó: “No es justo que me hagas una observación de un plato que no vimos, lo digo con respeto”. Su tono encendió la mesa y generó un silencio tenso. Leunis sintió que la crítica no tenía fundamento y decidió dejar claro su punto de vista frente al jurado.
Martitegui mantuvo la postura y explicó por qué su devolución apuntaba al nombre elegido. “Yo te digo que el nombre lo condiciona en medida que define la forma que cortás la carne”, señaló, dejando en claro que, para él, la palabra “tatami” marcaba un camino inevitable en la presentación. Ninguno parecía dispuesto a ceder terreno.
Para colmo, no sólo se estaban trenzando en una discusión, sino que el plato no estaba logrado. Tanto es así que, a la hora de remarcar las cuestiones negativas del plato, haber elegido esta forma fue lo menos relevante. La cocción se pasó, estaba chicloso, la manteca se quemó y el alcaucil estaba "uno pasado y otro crudo", según le remarcó Damián Betular.
Al cierre, Martitegui reforzó su mirada y apuntó directo al estilo del participante: “Es cierto que el emplatado era libre. Pero uno puede utilizar esa libertad bien o mal. En este caso, tu perfeccionismo conspiró contra un plato tradicional”. El Chino Leunis intentó sostener la calma, aunque dejó entrever su fastidio frente a cámara: “No es que me enoje. Estoy recaliente, no quiero hablar”. Una frase que terminó de sellar uno de los momentos más intensos de la edición.
