Celeste Cid atraviesa un momento pleno en lo personal y no lo esconde. En una entrevista con Implacables, la actriz abrió una ventana a su vida privada y contó cuál es el secreto para que su relación con Santiago Korovsky se consolide sin quedar atrapada en las trampas de la exposición mediática. Con humor, sinceridad y una fuerte convicción, explicó cómo eligen resguardar lo más valioso: la intimidad.
Lejos de las declaraciones solemnes, Celeste Cid eligió reírse de sí misma cuando le preguntaron por el vínculo. “Diría que la que estoy robando soy yo. Es así, indiscutible. Estoy muy bien”, comentó entre risas. Esa frase, cargada de ironía y ternura, dejó en claro que vive una etapa de felicidad y que la relación le aporta frescura.
La actriz también aprovechó el espacio para remarcar algo que considera fundamental: la manera en que manejan la exposición. En tiempos donde las redes sociales funcionan como vidrieras permanentes, Cid destacó la importancia de marcar un límite. “Está bueno cuidar la relación, más que nada en una era digital, donde todo está tan expuesto”, señaló.
Ese cuidado, según explicó, no significa esconderse, sino elegir con conciencia qué mostrar y qué preservar. “Tratamos de conservar la intimidad y los vínculos puertas adentro. Me parece que es clave para que todo florezca”, afirmó con convicción. Para la actriz, la estrategia es simple pero poderosa: darle prioridad al vínculo real antes que a la imagen pública.
La complicidad con Santiago Korovsky, director y actor conocido por División Palermo, también se refleja en los pequeños gestos cotidianos. Más allá del resguardo, Celeste Cid no pierde la oportunidad de sacar a relucir su humor filoso y compartir escenas divertidas que dejan ver el costado más lúdico de la pareja.
Un ejemplo reciente fue cuando subió a Instagram una foto del director en el Teatro Nacional Cervantes con un raquetero al hombro. “Ya se agrandó y cae a las citas con bolso y raqueta”, escribió entre carcajadas, comparando la situación con una salida al Lawn Tennis más que con una cita cultural.
Ese tipo de ocurrencias muestran que la pareja encuentra un equilibrio entre lo privado y lo público. Celeste Cid no se priva de bromear, pero lo hace desde un lugar de complicidad y afecto, evitando caer en la sobreexposición que tantas veces genera conflictos.
Con esa mezcla de discreción y humor, Celeste Cid parece haber encontrado la fórmula justa para que su historia con Santiago Korovsky siga creciendo. Una estrategia que combina resguardo, autenticidad y alegría compartida.