Ángela Torres abrió una faceta poco conocida de su intimidad y reveló un episodio que la dejó con un sabor amargo. Lejos de la música y la actuación, la artista contó lo difícil que puede ser para una persona pública atravesar una situación tan delicada como la búsqueda de un espacio de contención psicológica cuando la fama interfiere incluso en el consultorio. Fue así como expuso el temor que le generó una profesional por cómo fue su primera sesión.
En una charla distendida, la actriz narró lo que ocurrió cuando decidió probar con una terapeuta nueva. La sesión fue virtual y, según explicó, todo empezó de manera incómoda desde el saludo inicial. “Hablo con una terapeuta nueva, me meto al zoom. La mina me dice ‘¿nombre?’, me mira y me dice ‘¿Ángela Torres no?’”, relató con sorpresa, remarcando que en realidad no es su nombre real sino el artístico que lleva desde sus primeros pasos en la industria.
El clima empeoró segundos después, cuando la psicóloga hizo una pregunta directa que descolocó a la artista. “Entonces, me dice ‘¿de qué querés hablar?’ y le conté que me separé, y me dice ‘¿Rusherking no?’ Obvio que no seguí con ella”, explicó. Es que Ángela Torres no pudo ocultar que esta referencia a su vida sentimental la hizo desconfiar por completo del espacio que recién estaba abriendo.
La cantante también admitió que llegó a sentir miedo de que esa profesional rompiera la confidencialidad. Con crudeza, describió lo que pensó en ese momento: “Esta hija de puta va a cortar conmigo y va a salir a contarle a las amigas. Y me bajé. Encima se lo pagué y carísimo, 70 lucas me cobró”.
La experiencia generó debate en redes sociales, donde muchos usuarios señalaron lo complejo que resulta para figuras públicas encontrar ámbitos realmente protegidos. En el caso de Ángela Torres, la exposición mediática hizo que una consulta que debía ser privada terminara convertida en una situación angustiante.
De este modo, la intérprete dejó en claro que la fama no siempre trae ventajas: también puede convertirse en un obstáculo a la hora de pedir ayuda. La desconfianza que sintió frente a una terapeuta que parecía saber demasiado sobre su intimidad la llevó a dar marcha atrás y a exponer públicamente lo difícil que resulta encontrar un espacio seguro cuando la vida personal se vuelve tema de interés colectivo.