La delicada situación de salud de Christian Petersen volvió a poner el foco en los riesgos que implica la alta montaña y, en particular, en el volcán Lanín. En ese contexto, la palabra de Facundo Arana cobró un peso especial. No desde la especulación ni el oportunismo, sino desde la experiencia directa y el conocimiento profundo de lo que significa enfrentarse a escenarios extremos.
El actor se convirtió hace años en una voz autorizada cuando se habla de alpinismo y expediciones de riesgo. Su historia personal lo respalda: en 2012, durante su primer intento de escalar el Everest, sufrió un edema pulmonar que lo obligó a ser evacuado de urgencia en helicóptero. Aquella experiencia límite no solo puso en riesgo su vida, sino que también le dejó una enseñanza que hoy repite con claridad: la montaña no admite improvisaciones.
Lejos de abandonar ese mundo, Facundo Arana regresó al Everest en 2016 con una preparación completamente distinta. Meses de entrenamiento físico y mental, aclimatación progresiva y una planificación rigurosa fueron parte de un proceso que se extendió durante 45 días en condiciones extremas. Finalmente, logró alcanzar la cima, a 8.848 metros sobre el nivel del mar, en una travesía que combinó resistencia, método y respeto por la naturaleza.
Con ese recorrido a cuestas, Arana fue consultado en A la Tarde para analizar el caso de Christian Petersen y el contexto de su descompensación en el volcán Lanín. Si bien aclaró que no se pueden equiparar montañas tan distintas, sí remarcó que el Lanín suele ser subestimado por quienes no conocen en profundidad sus exigencias.
“Al hacer la comparación con el Lanín, no deja de ser accesible, pero es súper duro, porque cuando arrancas, de movida tenés 5 horas de trekking fuerte hasta el refugio, descansas un rato y a las 2 de la mañana salís en una travesía de 12 horas hasta la cumbre. Entonces se hace mucho, pero mucho esfuerzo. Uno romantiza al Lalín, y no deja de ser alta montaña”, explicó, con tono serio y didáctico.
Sus palabras apuntaron directamente a una idea peligrosa: creer que el Lanín es una excursión simple. Según Facundo Arana, esa romantización puede llevar a minimizar factores clave como la altura, el desgaste físico, el frío extremo y la falta de oxígeno, todos elementos que, combinados, pueden derivar en cuadros graves como el que atraviesa Christian Petersen.
Consultado puntualmente sobre el estado físico del chef, Arana fue cauto y respetuoso. “Conociéndolo a Petersen, además porque ya lo conocen, es un tipo súper duro, de la aventura, entonces no tengo ninguna duda de que sabía lo que iba a hacer, y estaba en un estado físico general bueno”, sostuvo, evitando cualquier juicio liviano.
Sin embargo, también hizo hincapié en la importancia de los controles y protocolos. “El Parque Lanín tiene protocolos de acción, de regulaciones, tiene prevención y gestión de riesgos. Todo un protocolo que en la prevención incluye quién está queriendo hacer esa aventura. Si alguien que no está preparado lo quiere hacer, el parque lo va a saber”, remarcó.
Mientras Christian Petersen continúa internado y su evolución mantiene en vilo al mundo del espectáculo, el testimonio de Facundo Arana funciona como una advertencia clara. La montaña exige respeto absoluto, preparación constante y la conciencia de que, incluso con experiencia, ningún ascenso está exento de riesgos.