La promesa de “retenciones cero” se desvaneció casi tan rápido como apareció. En apenas 48 a 72 horas, el beneficio anunciado por el Gobierno se agotó, dejando al campo con más preguntas que respuestas.
El presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, fue tajante: “Nos llamó la atención que en tan poco tiempo se cubriera semejante cantidad de dinero”. Lo que debía ser un alivio para el productor terminó generando un vendaval de dudas sobre quiénes fueron realmente los que se beneficiaron.
La inquietud no es menor: ¿fueron los productores genuinos quienes aprovecharon la ventana o el grueso quedó en manos de grandes exportadores? En La Rural ya encendieron las alarmas y pidieron explicaciones. “Queremos información concreta, necesitamos certezas. No puede ser que todo se haya terminado así de golpe”, reclamó Pino.
El enojo crece porque, además, la noticia de la finalización del cupo llegó por un comunicado de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), casi de madrugada y sin previo aviso. “Realmente el ánimo nos duró poquito”, admitió el dirigente, reflejando la frustración de un sector que esperaba un respiro más prolongado.
El malestar también se potenció por un inesperado condimento internacional: un mensaje del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, que apuntó contra las exenciones fiscales para exportadores de materias primas. “El tweet no fue muy feliz porque se prestó a todo tipo de interpretaciones”, lamentó Pino, en medio de un escenario donde cada palabra pesa.
La rapidez con la que voló el cupo no solo genera desconfianza, también instala un clima enrarecido: ¿fue realmente una medida pensada para el productor o una jugada con otros fines? Por lo pronto, el campo duda, el Gobierno no aclara y las sospechas siguen creciendo.