Las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires reconfiguraron el tablero político y dejaron en claro quiénes son los dirigentes con chances de disputar la gobernación en 2027. Fuerza Patria se impuso en seis de las ocho secciones electorales y superó a La Libertad Avanza (LLA) en el resultado global, un triunfo que reposiciona al oficialismo de cara al futuro inmediato.
Con Axel Kicillof inhabilitado para ir por un nuevo mandato, al menos cinco figuras se perfilan como posibles sucesores: Gabriel Katopodis, Julio Alak, Jorge Ferraresi, Mariano Cascallares y Mayra Mendoza.
Katopodis y Alak, los grandes ganadores seccionales
Gabriel Katopodis, ministro de Infraestructura, se convirtió en el gran vencedor de la Primera Sección Electoral, donde contra los pronósticos la lista oficialista ganó por 11 puntos de diferencia sobre LLA. Su bastión, San Martín, reforzó el respaldo con un 53% contra 36%, consolidando su proyección provincial. Con un perfil técnico, dialoguista y experiencia como ministro nacional y provincial, Katopodis emerge como un candidato competitivo capaz de seducir votantes de clase media y del norte del conurbano.
En la Octava Sección, Julio Alak no sólo retuvo la capital bonaerense, sino que amplió la base electoral con un 44% contra 36%. Su trayectoria —cuatro mandatos como intendente, exministro de Justicia nacional y provincial— lo posiciona como un dirigente con experiencia, orden fiscal y capacidad de articular consensos. La Octava fue la única sección que creció en votos peronistas respecto a las últimas dos legislativas, consolidando a Alak como un actor central hacia 2027.
Los jefes comunales también hicieron valer su peso propio.
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Jorge Ferraresi (Avellaneda): alcanzó un 62% frente al 27% de LLA, mostrando un dominio contundente en su distrito.
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Mariano Cascallares (Almirante Brown): logró un 54% a 28%, con más de 26 puntos de diferencia. Su buena relación con todos los sectores del peronismo lo proyecta como un dirigente a seguir.
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Mayra Mendoza (Quilmes): ratificó su liderazgo con un 48% a 31%, apoyada en su militancia en La Cámpora y su cercanía a Cristina Fernández de Kirchner, sumando capital político para una eventual proyección provincial.
Las urnas marcaron un rumbo y dibujaron los nombres que podrían competir por la gobernación bonaerense. El peronismo se consolidó como la primera fuerza y abrió la carrera por la sucesión de Kicillof. El desafío ahora será definir, entre intendentes, ministros y referentes de peso, quién logrará sintetizar la diversidad interna para encarar la disputa por la Provincia más grande del país.