Con saña y odio asesinaron abuelos

Antonio Martínez de 97 años murió el pasado 19 de mayo luego de agonizar doce días tras recibir una fuerte golpiza por parte una joven pareja que ingreso a su vivienda en el Barrio Malvinas para robarle 5000 mil pesos, su jubilación. A poco más de un mes del fallecimiento del "Tata", en la vecina localidad de Cipolletti, otro robo, otro ataque y una abuelita de 84 años muerta a golpes, tras un robo, en su casa. 

Dos escenarios sangrientos que tienen como víctimas a dos jubilados. Delincuentes sin principios, ni piedad, a ambos los mataron con saña. En el caso de Antonio, los asesinos,  Ayelen Antiñir y Franco Puentes, de 26 años, esperaron el momento exacto en que la nieta saliera y el abuelo quedara solo en su casa. Le desfiguraron la cara, lo dejaron agonizando. Lo conocían, eran del barrio, de la calle, él los había ayudado en varias oportunidades, con comida, con plata y ellos respondieron su gratitud, quitándole la vida. 

Pasaron 33 días de que el Tata dejó de respirar en una cama de terapia intensiva en el Hospital Castro Rendón, y otra vez, otro asesinato pone en alerta el objetivo de muchos de los ladrones: los jubilados. 

Se trata de una mujer de 85 años, (solo se dio a conocer su apellido Zanellato), vivía en el Barrio Villa Alicia de Cipolletti, mientras su hijo trabajaba en el taller que está al lado de la casa, los agresores aprovecharon el momento e ingresaron a la vivienda. Un caso similar al del abuelo Antonio. Fue encontrada por uno de sus hijos, al costado de la cama, sin vida. La mataron a golpes, estaba tendida en el piso en medio de un charco de sangre. Le faltaban la alianza de matrimonio y unos ahorros que guardaba en un sobre.

Dos familias destrozadas, dos provincias con bronca, delincuentes sin códigos, sin ética y con total desprecio a la vida. A la suya, y a la del resto.