Asesinato y hallazgo: cómo llegó la causa a la luz pública
El homicidio de Azul Semeñenko fue durante la madrugada del 25 de septiembre, cuando, según la reconstrucción fiscal, la mujer trans ofrecía servicios sexuales en la vía pública, y fue interceptada en la esquina de Félix San Martín y Santa Cruz, en el barrio Belgrano por Sánchez, que la subió a su Ford Ranger con el supuesto propósito de mantener una relación sexual. El ahora imputado la llevó a su casa, en la calle Copahue al 1100, donde la atacó.
En la madrugada del día siguiente, el 26 de septiembre, la víctima fue trasladada en una camioneta y descartada en el canal de desagüe que bordea la calle Pergamino, en la esquina con Trenque Lauquen, a las 3.50. El cadáver fue hallado el 14 de octubre a las 17:40 por una pareja que caminaba por la zona; el cuerpo presentaba avanzado estado de descomposición y evidencias de violencia extrema.
Los horrores que mostró la autopsia y las pericias
Las pericias forenses y criminalísticas detallan un cuadro de violencia extrema y reiterada: además de que cuando encontraron el cuerpo, detectaron esqueletización parcial del cráneo, pérdida de tejido en el tórax, múltiple fractura en región malar y maxilar, fracturas costales y lesiones defensivas en el brazo izquierdo, el informe señala que hubo al menos 25 heridas punzocortantes —de entre 1,3 y 7 cm— distribuidas en tórax, abdomen, miembros superiores e inferiores; 14 de esas heridas afectaron tórax y abdomen.
Los forenses constataron que las heridas produjeron daños en el corazón, aorta y órganos internos, lo que generó una hemorragia masiva interna que causó la muerte de Azul. Por el grado de descomposición no se pudo establecer con precisión el tipo exacto de arma blanca, aunque los peritos advirtieron el uso de dos instrumentos: un arma blanca de gran tamaño y un elemento contundente con el que también la golpearon. El cuerpo fue hallado envuelto en una tela tipo gazebo, sujetado con cordones y alambre.
"La agredió con golpes con elementos contundentes, le produjo fracturas en región malar izquierdo y maxilar inferior, fractura del antebrazo izquierdo, lesiones por fuerza contundente frontal y cráneo facial, y la ataco con un arma blanca y produjo al menos 25 heridas punzo cortantes, de las que 14 fueron en el tórax y abdomen, y el resto en los miembros superiores e inferiores, lo que se consideran lesiones defensivas. De las puñaladas, le provocaron la muerte una en el corazón y aorta, lo que generó una hemorragia masiva interna", explicó la fiscal.
Para la fiscalía Sánchez mató con ensañamiento, violencia de género y odio a la identidad trans
La fiscal Guadalupe Inaudi sostuvo en la audiencia que el ataque constituye homicidio agravado por ensañamiento, por odio hacia la identidad de género y por ser cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género. Según la fiscalía, la cantidad y la brutalidad de las lesiones —muchas de ellas excedentes a las necesarias para causar la muerte— configuran ensañamiento y evidencian una voluntad de infligir sufrimiento innecesario, lo que para Inaudi se conoce como overkill.
La investigación, dijo Inaudi, cuenta con sobradas pruebas en esta instancia, pero quedan muchas más por generar: denuncias, intervenciones de la División Búsqueda de Personas, relevamiento de cámaras, entrevistas filmadas, elementos secuestrados en la vivienda y en la camioneta del imputado, con peritajes de manchas hemáticas y muestras para ADN. Por ello pidió cuatro meses de investigación para profundizar pericias técnicas y forenses.
La defensa: versión de “emoción violenta” y cuestionamiento de la calificación
El defensor Ezequiel Leanza rechazó la calificación agravada y planteó otra hipótesis: sostuvo que la relación comenzó como un acuerdo por servicios sexuales, que ambos consumieron cocaína y que la situación se desbordó tras una pelea en la que, según la defensa, Azul habría agredido primero.
Leanza afirmó que Sánchez reaccionó “en medio de una emoción violenta” tras recibir golpes en la cabeza y una lesión en la nuca con una bombilla de mate, y que la figura de homicidio agravado por odio no encuentra sustento probatorio. Solicitó que la imputación se encuadre como homicidio simple, algo que prevé penas de uno a tres años de prisión. Incluso, sugirió que Sánchez podría cumplir una pena condicional.
“No siempre que matan a una mujer trans debe ser calificado con el agravante de odio por el género, ni es un femicidio cada vez que matan a una mujer", ejemplificó el abogado
La palabra del juez y la formulación de cargos
El juez de garantías Juan Manuel Kees aceptó, de forma provisional, la calificación presentada por la fiscalía: homicidio agravado por ensañamiento, por odio a la identidad de género y por ser cometido por un hombre contra una mujer.
Kees explicó que, en esta etapa preliminar, los elementos reunidos son suficientes para sostener la hipótesis fiscal y que la defensa no aportó evidencia que desmonte los agravantes.
Dio por formulados los cargos y ordenó la profundización probatoria durante los próximos cuatro meses, cuando se abrirán los dispositivos secuestrados (DVR, celulares) y se esperan informes toxicológicos y periciales definitivos.
"La propuesta de defensa es solo hipótesis sin evidencia", cuestionó el juez al defensor y su pedido de que el hecho sea calificado como homicidio simple.
Marcos, el hermano de Azul: la voz de una familia marcada por el horror
Marcos Semeñenko, hermano de Azul, expresó, previo al desarrollo de la audiencia:
“Lo único que espero es claridad en el caso, y mucha cautela; hay persona detenida y la van a procesar e imputar cargos, pido que acompañen el pedido de justicia y que la verdad sea la que predomine. Son días dolorosos, complicados, pero estamos más enteros que nunca para llegar a la verdad, para que quien hizo lo que hizo, pague con el peso de la ley”.
Añadió: “No voy a dar detalles, recién hoy vamos a conocer a la persona. Que pague y que cumpla la pena que tenga que cumplir”. También agradeció el sostén de “las compañeras de trabajo” de Azul.
Contexto y gravedad: vulnerabilidad y patrón de violencia
La fiscalía subrayó la vulnerabilidad de la víctima: mujer trans, trabajadora sexual en la vía pública, con problemas de consumo y sin redes de contención sólidas. Para los investigadores, ese contexto alimenta la interpretación del ataque como un hecho motivado por odio y por la posición de dominio que, según la acusación, el imputado ejerció sobre la víctima desde el momento en que la subió al vehículo.
Las pruebas en curso y los próximos pasos procesales
La instrucción continuará con pericias técnicas y la apertura de dispositivos secuestrados para reconstruir movimientos y contactos. Se ordenaron pericias psicológicas y psiquiátricas, análisis de ADN y de manchas hemáticas, y la extracción de imágenes registradas por cámaras. La causa avanza a la espera de resultados que confirmen o refuten la calificación agravada por la que el fiscal formuló cargos.