El Paseo de la Familia fue el escenario elegido por un neuquino que quiso debutar como ladrón tech. Este miércoles, la Justicia declaró penalmente responsable a un joven neuquino de 22 años que cruzó el puente con un objetivo claro: robar vehículos en Cipolletti usando un inhibidor de alarmas. Sí, como si fuera una película de ladrones tecnológicos, pero con final patético.
El hecho ocurrió el 18 de febrero, en pleno corazón cipoleño, entre las calles Italia e Yrigoyen. El muchacho, que ya tenía antecedentes penales, activó su aparatito mágico para desactivar el sistema de seguridad de una camioneta estacionada. La abrió como si fuera suya. Pero no contaba con un detalle: un testigo con buen ojo y reflejos rápidos.
Gracias al aviso de este joven anónimo, la Policía llegó en cuestión de segundos. El delincuente intentó fugarse, pero fue detenido a pocos metros, con el inhibidor todavía encendido en el bolsillo. No hubo tiempo para arrepentimientos ni para discursos de redención, lo agarraron con las manos en el bolsillo y el delito en proceso.
Durante la audiencia de lectura de veredicto, el juez fue claro: el delito no se consumó por una causa ajena a la voluntad del acusado, no porque haya desistido. Es decir, lo agarraron antes de que pudiera concretar el robo. Y aunque la Fiscalía intentó que se considere agravante el uso del inhibidor, el magistrado lo desestimó.
Ahora, las partes deberán presentar pruebas para definir la pena, que será de cumplimiento efectivo. El joven ya tiene antecedentes computables, por lo que se aplicará una unificación de condenas. En otras palabras: no zafa.