Los dos policías detenidos en Roca por estar vinculados con la banda mixta que cometía entraderas violentas en casas del Alto Valle, no fueron acusados. La audiencia de formulación de cargos se postergó y no hubo información del Ministerio Público. Se espera que se realice durante la mañana de hoy, teniendo en cuenta los plazos máximos que fija el Código Procesal Penal de Río Negro. No se saben detalles, pero trascendió que uno estaría directamente vinculado a los asaltos y el otro implicado en una extorsión.
Aún no se saben las pruebas con las que cuenta la fiscalía de Cipolletti para solicitar la detención, aunque trascendió que todo surgió desde el teléfono celular secuestrado a Enzo García, uno de los policías detenido en abril. Luego de que lo acusaran, su dispositivo fue peritado y esa información fue clave para que el jefe de los fiscales de Cipolletti, Santiago Márquez Gauna, y la fiscal del caso Eugenia Vallejos, solicitará las órdenes de allanamiento. De todas maneras y pese al avance firme de la investigación, la audiencia que en un principio se anunció para ayer, no se hizo.
El hecho clave ocurrió el 20 de marzo. El matrimonio entre Juan Carlos “El Cheva” Gorini y María Ladavaz recibió un llamado telefónico falso de la Anses, en el que la interlocutora conocía datos personales de ambos. Al verificar que no había convocatoria, regresaron a su casa, pero poco después un uniformado se paró frente a la puerta. A pesar de que la mujer pidió que no abrieran, su esposo lo hizo. Inmediatamente, los intrusos ingresaron: uno apuntó con un arma a la cabeza del hombre, mientras otro la ahorcaba, exigiendo dinero bajo amenazas de muerte.
El ataque fue brutal. La pareja entregó unos 3 millones de pesos, pero los agresores siguieron golpeando hasta quedarse con 20 mil dólares y joyas de la caja fuerte. Luego escaparon, dejando a ambos maniatados. La violencia le produjo un ACV al hombre, que seis meses después permanece internado con parálisis parcial en el brazo y la pierna izquierda, mientras que la mujer también sufrió golpes y contusiones que aún arrastra.
Según los investigadores, García fue quien proporcionó los uniformes usados en el asalto y estuvo presente cerca del departamento de la calle Brentana a la hora del hecho. Compró incluso un helado en un kiosco y pagó con una billetera virtual, información que sirvió para vincularlo al ataque. La hipótesis oficial sostiene que la banda combinaba delincuentes de Neuquén con policías de Río Negro para planificar y ejecutar robos violentos en la región.
Como publicó ayer Mejor Informado, de los dos policías detenidos, sólo uno tendría vinculación directa con los hechos. Incluso habría participado en las entraderas violentas. En cambio el restante, que formaba parte de una comisión especial investigadora de este tipo de hechos, no tuvo intervención en los asaltos y se lo investiga por extorsión.
"Quien traicione el uniforme será separado de inmediato"
El gobernador Alberto Weretilneck reconoció que "el hecho es de una gravedad absoluta: quienes debían cuidar a los rionegrinos eligieron ponerse del lado del delito". Y advirtió: "Quien traicione el uniforme será separado de inmediato y enfrentará todo el peso de la ley. No representan a la Policía de Río Negro ni los valores de compromiso y servicio que nuestra sociedad espera de sus fuerzas de seguridad".
Además, destacó la tarea de la Fiscalía de Investigaciones de Cipolletti y aseguró que "en Río Negro no habrá impunidad. Vamos a llegar hasta el final. Acá, el que delinque cae".