Un cargamento de 180 kilos de pescado fue interceptado en Río Colorado cuando era trasladado en una camioneta Volkswagen Amarok sin ningún tipo de refrigeración. En la caja del vehículo había 140 kilos de langostinos y 40 de pargo, acumulados de manera precaria y sin documentación sanitaria que garantizara su aptitud para el consumo.
El hallazgo ocurrió en la ruta Nacional 22, minutos antes de las diez de la mañana de este jueves, cuando el vehículo fue detenido para un control de rutina. Según se pudo establecer, la camioneta había salido de Puerto Madryn y tenía como destino Bahía Blanca. El recorrido, de unos 600 kilómetros, hasta Río Colorado, se hacía sin hielo ni equipos de frío, lo que volvía a la mercadería un foco de contaminación en potencia.
Los inspectores del SENASA que intervinieron en el operativo advirtieron que la carga representaba un serio riesgo para la salud pública. El pescado, al no estar conservado en condiciones adecuadas, puede desarrollar bacterias peligrosas que provocan intoxicaciones graves en caso de ser consumido. Por esa razón, además de labrar un acta de infracción, se dispuso la inmediata destrucción del producto incautado.
El conductor, un ciudadano extranjero, quedó notificado por el transporte ilegal de alimentos. La camioneta tampoco contaba con la habilitación necesaria para este tipo de traslado, lo que refuerza la gravedad del caso. Con esta intervención se evitó que 180 kilos de pescado en mal estado llegaran al circuito comercial y pusieran en riesgo a quienes los consumieran.