El gobierno de la provincia de Neuquén eyectó en los últimos días a una empleada de planta permanente, a la que le endilgó un verdadero catálogo de incumplimientos a los mandatos que rigen los procederes de la administración pública. Se sumó, así, a otros y otras que ya habían sido despedidos por faltazos prolongados e injustificados. Pero eso no es todo, ya que, en paralelo, la Policía neuquina siguió con su depuración y expulsó a otros dos efectivos a los que juzgó ineptos.
La ahora ex agente Mirian Beatriz Q. fue despedida de la dirección provincial de Registro Civil y Capacidad de las Personas (dependiente del ministerio de Gobierno y Educación) acusada de incumplimientos a lo normado en distintos puntos de los artículos 26 y 27 de la Ley 3046; el primero refiere a los deberes y el segundo a las prohibiciones.
Respecto de los deberes incumplió, entre otras, las obligaciones de “obedecer toda orden formal emanada del superior jerárquico competente” y de “llevar a conocimiento de la superioridad todo acto, omisión o procedimiento que causare o pudiere causar perjuicio a la organización, configurar delito o resultar en una aplicación ineficiente de los recursos”.
También incumplió, dicen, las siguientes prohibiciones: “valerse directa o indirectamente de facultades o prerrogativas inherentes a sus funciones para fines ajenos a dicha función”. Y la de “aceptar dadivas obsequios u otros beneficios u obtener ventajas de cualquier índole con motivo u ocasión del desempeño de sus funciones”.
Por otro lado, Policía dispuso la cesación de los servicios de una agente y de un cabo primero del cuerpo penitenciario, a los que les aplicó el Artículo 14 inciso k) de la Ley 1131 y los pasó a retiro obligatorio. Dicho artículo refiere a “el personal superior y subalterno considerado por las respectivas juntas de calificaciones policiales inepto para las funciones policiales del escalafón correspondiente”.