La ganadería de Río Negro mantiene rodeos de excelente genética y calidad sanitaria, pero no puede escapar a una realidad que preocupa: el abigeato. Así lo destacó Daniel Lavayen, representante de CRA en la provincia e integrante de la Federación de Sociedades Rurales. “La provincia cuenta con una base ganadera sólida, con animales de alta calidad y adaptados a las condiciones patagónicas. Sin embargo, los robos y la faena clandestina generan un daño económico importante y minan la confianza en el sistema”.
El abigeato afecta tanto a pequeños como a medianos productores, que reclaman mayor control, coordinación entre fuerzas de seguridad y organismos provinciales, y trazabilidad efectiva de los animales. La inseguridad rural se combina con la incertidumbre económica, que condiciona la planificación productiva y los costos de insumos, transporte y combustible.
Lavayen en una entrevista realizada por Agrovalle explicó que las rurales destacan que la eliminación de las retenciones alivió parcialmente la carga impositiva, pero los valores que reciben los productores aún no reflejan la calidad de su ganado. Mientras la carne rionegrina mantiene alta valoración en góndola, la diferencia entre precio de origen y precio final sigue siendo un problema estructural.
Otro punto crítico es la barrera sanitaria patagónica. Tras la flexibilización que permite el ingreso de cortes con hueso plano desde zonas vacunadas, autoridades chilenas y la Unión Europea evaluarán la integridad sanitaria de la región. Para los productores, cualquier error en este control podría poner en riesgo la apertura de mercados internacionales.
En este contexto, la ganadería rionegrina combina logros de calidad genética con desafíos que exigen acción urgente: frenar el abigeato, garantizar la trazabilidad y sostener la competitividad frente a un mercado nacional e internacional cada vez más exigente.