Sorpresa en el Concejo Deliberante de Villa Regina. El concejal Nicolás Alí, del bloque Primero Río Negro, decidió desempolvar una vieja idea y presentarla como nueva. Pero el detalle no menor es que el proyecto de ordenanza no es suyo: es una copia casi exacta de la Ordenanza N° 102/2024, la misma que el año pasado, él voto en contra.
La historia es tan insólita que cuesta encontrarle explicación. Aquella norma original buscaba aliviar el bolsillo de los vecinos eximiendo del 100% los costos de estadía de vehículos secuestrados por la dirección de Tránsito municipal, un problema que había convertido al deposito en un cementerio de autos y motos abandonadas. En su momento, Alí dijo “no”. Hoy, nueve meses después, dice “sí”, y encima usa el mismo texto, hasta con la puntuación original.
La llamada “ordenanza del alivio” había sido impulsada a fines de 2024 por un grupo de concejales que logró aprobarla con seis votos a favor: Maximiliano Garre, Claudia Maidana, Alejandro Cervera, Carolina Ortiz, por el oficialismo de Compromiso por Regina, más María Eugenia Paillapi (Cambia Río Negro) y Verónica Tofoni (Nos Une Río Negro). Del otro lado quedaron Alí, Enrique Alvarado y Nancy Ilundayn (Nos Une Río Negro) y Rodrigo Durán (Cambia Río Negro), que se opusieron con firmeza. La medida tuvo vigencia hasta el 31 de diciembre.
Pero el olvido, en política, es relativo. Ahora el mismo Alí, quien el año pasado se opuso con firmeza a resignar esa recaudación municipal, resucitó la iniciativa. El texto es calcado, palabra por palabra. Pero como no podía ser exactamente igual, agregó un detalle: introdujo un artículo que solicita la debida difusión de la ordenanza..
El desconcierto y las preguntas
El gesto generó murmullos y cejas levantadas en el Concejo. ¿Qué pasó en nueve meses para que Alí cambie de postura tan drásticamente? ¿Convicción tardía o estrategia electoral? En los pasillos algunos hablan de “amnesia política”, otros de “pirueta discursiva”.
Por ahora, el proyecto quedó en manos de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Legislación, donde promete encender un debate caliente. Los concejales que antes la aprobaron deberán decidir si apoyan nuevamente el texto, ahora presentado por quien antes lo rechazó. Y el bloque Primero Río Negro tendrá que explicar cómo justificar el volantazo de su único representante.
El episodio trasciende lo administrativo. En el fondo, desnuda algo más profundo: la fragilidad de la coherencia política en los tiempos que corren. Alí podrá argumentar que cambió de opinión por el bien común, pero el papel —y los archivos— no mienten.
En Villa Regina, el debate ya no es solo sobre una ordenanza. Es sobre credibilidad.