Los representantes de las comunidades mapuches que bloquean el acceso principal a la Casa de Gobierno de Neuquén (Roca y Rioja, de la ciudad capital), rechazaron la convocatoria al diálogo y redoblaron su exigencia. Dijeron que no despejarán la vereda hasta que les otorguen las personerías jurídicas que reclaman (en realidad exigen, con amenazas que coquetean con la extorsión).
Como impiden la libre circulación, llevaron animales (que podrían estar padeciendo malos tratos) y hasta tomaron una de las oficinas del principal edificio de la administración pública, el gobierno provincial realizará (o quizás ya haya realizado, porque en eso estaba este sábado) una denuncia ante la Justicia penal.
Los mapuches —que según pudo saberse no completaron ni por asomo las exigencias legales que requiere un trámite serio, como la obtención de la personería jurídica— están ahí desde el martes último; y le agregaron, al paisaje urbano del centro capitalino, ocho caballos y cinco chivas, que no sólo padecen la crueldad de estar atados ahí, sino que además les causaron perjuicios a los vecinos.
No es culpa de los animales, claro, pero defecaron y el aroma desagradable se expandió por la zona. También el humo de las fogatas se propagó y se sigue propagando por el lugar. Hay en esa esquina entre 20 y 30 personas, algunas de las cuales se encadenaron a la baranda de la rampa de acceso para personas con discapacidad. Y aquí hay otros perjudicados: los vecinos y los trabajadores del Estado con esa condición.
Los quejosos pertenecen a las comunidades mapuches Lof Kelv Kurá, Lof Fvta Xayen, Lof Newen Kurá y Lof Ragilew Cárdenas. Son los mismos que en su momento bloquearon caminos en el área de Vaca Muerta y que ahora, en estos días, volvieron a desestimar los pedidos del Obispo de Neuquén, Fernando Croxatto, quien oficia de mediador en una búsqueda de mantenimiento de la paz social. Al respecto trascendió que la denuncia penal sería, precisamente, por la presunta comisión de delitos de orden público en perjuicio de la paz social.
Pudo saberse, además, que quienes se encadenaron son Nelson Cárdenas, Ever Cárdenas, Liliana Romero, Viviana Flores y Walter Cárdenas, a quienes acompañan otros que llevaron mesas, sillas, fogones, pallets de maderas, placas de durlok, gazebos y hasta un baño químico.
El grupo amenazó con quedarse hasta que les otorguen las personerías jurídicas, pero si no cumplen los requisitos legales eso es imposible, por lo que la cuestión estaría estancada. Se dice que la posición de las familias en protesta es inflexible porque son desprendimientos de comunidades reales y saben que están en falta.