De un pasado oscuro a una oportunidad
En el oeste de Neuquén, un terreno que hasta hace poco era sinónimo de narcos, violencia y miedo, ahora podría transformarse en un espacio de esperanza. Allí funcionaba una casa utilizada para la venta de droga, que fue demolida en un operativo conjunto entre el municipio y la Policía.
La demolición marcó un antes y un después para los vecinos, que durante años vieron cómo el lugar se convertía en un punto de conflicto. Hoy, la historia parece encaminarse hacia otro rumbo.
Un proyecto que busca dar una nueva vida al espacio
El propietario del terreno decidió no dejarlo abandonado. La Policía informó que su intención es destinarlo a un proyecto relacionado con el tratamiento y acompañamiento de personas con adicciones.
La idea es que el lugar pase de ser un foco de problemas a un centro que ofrezca ayuda, contención y herramientas a quienes atraviesan esta problemática, un cambio que podría beneficiar no solo al barrio Gran Neuquén, sino también a las zonas aledañas.
Un beneficio que podría sentirse en toda la comunidad
La propuesta apunta a dar un uso positivo a un sitio marcado por la violencia y el consumo, ofreciendo un punto de encuentro para familias que buscan ayuda y para vecinos comprometidos con mejorar su entorno.
Si el proyecto avanza, el terreno dejará de ser un recuerdo de lo peor del barrio para convertirse en un símbolo de recuperación y oportunidad. Un ejemplo de que, incluso en los lugares más difíciles, siempre hay margen para escribir una historia distinta.
