El vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, se mostró crítico con el Gobierno nacional, al que responsabilizó por el desmantelamiento de los organismos de control, y exigió la restitución urgente del financiamiento y la capacidad operativa de la ANMAT. La tragedia provocada por el fentanilo contaminado ya se cobró la vida de al menos 96 personas en distintas provincias argentinas, superando en número de víctimas fatales a episodios históricos como el atentado a la Embajada de Israel, las tragedias de LAPA, Once, Fray Bentos y la AMIA. El brote, que comenzó en La Plata, se expandió rápidamente por el país tras la circulación sin control de 45.000 frascos con bacterias resistentes, según confirmaron fuentes sanitarias
Pesatti calificó la situación como una “catástrofe sanitaria” y advirtió que se trata de una consecuencia directa de “decisiones políticas tomadas con el sadismo de la motosierra y convalidadas por el Congreso mediante los superpoderes concedidos a Milei y Sturzenegger”. En su análisis, el vicegobernador identificó tres factores clave que explican la masacre: el desfinanciamiento del organismo regulador, la desregulación impulsada por el ministerio de Desregulación, y el vaciamiento de las capacidades estatales para auditar laboratorios y bloquear productos peligrosos. “Cuando el Estado nacional se retira, rompe el pacto federal y deja a las provincias sin herramientas para proteger a su población”, advirtió.
El recorte presupuestario del 19 % en la ANMAT y el despido de cientos de técnicos y profesionales calificados generaron un vacío crítico en la fiscalización de medicamentos. A esto se suma la admisión pública del ministro Federico Sturzenegger, quien reconoció que los recortes afectan de manera directa la capacidad del organismo para impedir tragedias como la actual. “Se desmanteló la capacidad del Estado para auditar laboratorios, fiscalizar lotes y bloquear la distribución de productos peligrosos”, denunció Pesatti. La circulación masiva de fentanilo contaminado con bacterias resistentes desató un brote letal que, según especialistas, podría agravarse en las próximas semanas si no se toman medidas
Desde el ámbito sanitario, profesionales y asociaciones médicas respaldaron el reclamo del vicegobernador y alertaron sobre el riesgo de nuevos episodios similares si no se restablece el control estatal. “Las víctimas de esta tragedia son la expresión más cruel del ajuste en la salud pública”, sostuvo Pesatti, quien además llamó a construir un “federalismo humanista, más comprometido con las personas y menos aferrado a las cosas; con menos roscas, menos marionetas y más federalismo”.
La tragedia del fentanilo contaminado se convirtió en un símbolo del impacto del ajuste en áreas sensibles como la salud pública. En este contexto, la restitución del financiamiento y la capacidad operativa de la ANMAT aparece como una urgencia moral, según expresó Pesatti. “No se trata solo de números o partidas presupuestarias: se trata de vidas humanas que podrían haberse salvado”, concluyó. Mientras tanto, las provincias enfrentan el brote con recursos limitados y sin respaldo federal, en un escenario que pone en evidencia la fragilidad del sistema sanitario argentino ante políticas de desregulación extrema.