El enfrentamiento entre taxistas y choferes de Uber escala de manera preocupante en Neuquén y hoy vivió un episodio extremo, cuando un enfurecido taxista destruyó, con una barra de hierro, la carrocería de un vehículo de la aplicación. También golpeó al conductor, que se bajó para tratar de evitar que el ataque continuara y terminó con una de sus manos lastimada por el violento.
Todo ocurrió durante el mediodía, en la entrada del aeropuerto Presidente Juan Domingo Perón. Para frenar la violencia intervino la policía aeroportuaria, que demoró al agresor. En la explanada quedaron dispersos plásticos, pedazos de espejo y restos de las partes que logró romper del automóvil. Afortunadamente la lesión que le provocó a su colega no fue de gravedad, pero el hecho encendió las alarmas del personal del aeropuerto.
Según trascendió, el Uber había llegado al lugar a instancias del llamado de una pasajera, que descendió de uno de los aviones. El taxista era uno de los que suelen operar allí, y se estacionan en fila bordeando la salida, para captar a los recién llegados.
Al percatarse que se trataba de un automóvil de la aplicación (que fue autorizada a operar, aunque aún no oficializaron su reglamentación) el ahora demorado se bajó intempestivamente con una barra de hierro en la mano y a los gritos lo increpó, mientras destrozaba el rodado a fuerza de barretazos.
Aunque desde el aeropuerto no hubo una comunicación oficial sobre el tema, fuentes ligadas a su administración dejaron en claro que no existe ningún tipo de exclusividad, y que cualquier vehículo puede ingresar para el ascenso y descenso de pasajeros, porque no está habilitado un canon que admita que sólo una firma de taxis, remises u otras empresas trabajen de manera excluyente.
Lo ocurrido, además, marcó el nivel de intolerancia que están demostrando algunos choferes, que están dispuestos a apelar a golpes y agresiones para frenar el avance de sus colegas de Uber.