La escasez de nieve en pleno agosto encendió las alarmas en el Cerro Catedral y en otros centros de esquí de la región. La empresa concesionaria Catedral Alta Patagonia (CAPSA) pidió autorización para cerrar algunos medios de elevación y desde el municipio confirmaron que el pedido está en evaluación.
La temporada de invierno había comenzado con fuerza en Bariloche, con vuelos repletos y un nivel de ocupación que superó el 80 por ciento. Sin embargo, las nevadas fueron pocas y las condiciones naturales no acompañaron como en otros años. Para sostener la actividad, la concesionaria apeló al sistema de nieve artificial, que permitió mantener operativas varias pistas bajas y asegurar algo de actividad para los turistas.
A pesar de esa inversión, el costo operativo es alto y en CAPSA aseguran que no resulta viable mantener en marcha todos los medios de elevación sin la cantidad suficiente de nieve. Por eso solicitaron al Ente Autárquico Municipal del Cerro Catedral que autorice un cierre progresivo. La respuesta, por ahora, fue que el tema será analizado con criterio técnico y que no se tomará ninguna decisión sin consenso.
El escenario es complejo porque la ciudad atraviesa uno de los mejores momentos turísticos del invierno. En julio y agosto hubo récord de arribos aéreos y gran presencia de visitantes extranjeros. Para los empresarios locales, un cierre anticipado sería un golpe directo al sector hotelero, gastronómico y de servicios.
Las nevadas de las últimas semanas trajeron algo de alivio en la parte alta de la montaña, con unos centímetros que alcanzaron para habilitar nuevas pistas. Sin embargo, la base del cerro sigue dependiendo de los cañones de nieve y de la producción técnica para mantenerse activa.
Por ahora, todo queda atado a lo que decidan el municipio y la concesionaria. Lo que está claro es que el clima marcó una temporada inusual en el principal centro de esquí de Sudamérica y que la continuidad de la actividad dependerá de cómo evolucione el clima en los próximos días.