La Región Sur escribió una página distinta en su historia productiva. Después de años de pedidos y promesas, la planta de la Cooperativa JJ Gómez en Ingeniero Jacobacci habilitó el ciclo 2. Dicho así suena técnico, pero en la práctica significa algo sencillo y enorme, los productores ya no tendrán que conformarse con vender animales en pie o res completa, ahora podrán fraccionar y envasar su carne.
Lo que se abre es un camino nuevo para la oveja y la cabra de la Línea Sur. “El desafío hacia adelante es consolidar esta herramienta para que la carne ovina y caprina de Río Negro llegue con mayor valor agregado a restaurantes, hoteles y espacios gastronómicos de la provincia”, explicó el ministro Carlos Banacloy.
Hasta ayer la planta solo hacía faena, ahora, con la ampliación, aparece la chance de competir en serio en un mercado que pide cada vez más cortes diferenciados, trazabilidad y presentación cuidada. El subsecretario Juan Carlos Escobar lo bajó a tierra, la primera prueba se hizo con carne ovina destinada a comedores escolares. No es un mercado grande, pero sí la señal de que la rueda empezó a girar.
La mirada ya está puesta en Bariloche, donde la gastronomía demanda con fuerza carne ovina de calidad. Para los productores de la Línea Sur, que durante décadas pelearon contra los límites para agregar valor en origen, esta apertura es aire fresco.
En rigor, ciclo 2 ya se había hecho antes, pero solo para exportación. La diferencia ahora es que queda habilitado también para el mercado interno. El paso es mucho más que burocracia. Es un hito que puede cambiar la matriz productiva de la Región Sur, darle arraigo a los jóvenes ganaderos y mostrar que el futuro no solo se escribe con soja y petróleo.