La escritora Claudia Piñeiro volvió a Neuquén para presentar La muerte ajena, su más reciente novela, y lo hizo con una sala colmada en la Feria Internacional del Libro. En conferencia de prensa, antes de la presentación oficial, adelantó algunas claves de su obra y reflexionó sobre temas centrales que atraviesan tanto a la literatura como a la sociedad.
“Siempre es muy interesante ir a otros lugares porque los públicos son distintos y las miradas también”, señaló, destacando la convocatoria de la feria neuquina que moviliza a lectores incluso desde ciudades vecinas.
Consultada por Mejor Informado sobre el eje de La muerte ajena, Piñeiro explicó: “La novela trabaja sobre la idea de la verdad. Me interesaba mostrar que la realidad puede cambiar según la versión que se cuente. No se trata sólo de distintos puntos de vista, sino de realidades que mutan. Eso genera la sensación de que quizás te mintió un narrador, pero en realidad lo que ocurre es que ninguno es confiable”.
La autora vinculó ese recurso literario con la experiencia cotidiana: “Replica lo que vivimos diariamente cuando leemos noticias. Nos preguntamos si algo es cierto o no, y hoy más que nunca cobra valor la firma del periodista, más allá del medio”.
Sobre la temática del trabajo sexual, Piñeiro aclaró que la novela aborda sobre todo “cómo los hombres se aprovechan de las trabajadoras sexuales, no sólo desde lo sexual, sino también usándolas como espías o piezas de poder”. Y agregó: “Es un debate abierto en la sociedad, entre abolicionistas y regulacionistas. Creo que hay que encararlo con madurez, sin señalar con el dedo, entendiendo las distintas realidades de esas mujeres”.
Piñeiro también se refirió a la creciente demanda audiovisual de sus historias. “Hoy los productores van a lo seguro: buscan novelas que ya funcionaron con los lectores. He tenido la suerte de que muchas de mis obras se adaptaran, pero no siempre ocurre. Hay proyectos que quedan en el camino y eso genera frustración”, comentó.
Finalmente, habló de su propio proceso creativo: “No creo en la inspiración como algo mágico. Se trabaja para que aparezcan las historias. Mientras pueda, prefiero seguir escribiendo cosas nuevas antes que dedicarme a armar mis obras completas. Me interesa el riesgo de intentar algo distinto”.
La autora de Las viudas de los jueves y Catedrales cerró con entusiasmo: “Siempre tengo dudas cuando empiezo una novela nueva, pero confío en mi capacidad para inventar historias. Lo importante es no resignarse y seguir creando hasta el último momento”.