La problemática de la basura en las bardas de la segunda y tercera meseta vuelve a generar bronca y preocupación. A pesar de los controles permanentes que realiza el municipio de Centenario, hay vecinos que persisten en arrojar residuos en lugares prohibidos, ignorando la normativa vigente y los daños ambientales que ocasionan.
Personal de la Dirección de Inspección y Control Ambiental de la municipalidad detectó a diferentes infractores en plena acción, e incluso fueron agredidos verbalmente cuando intentaron frenar la contaminación. En algunos casos, los responsables arrojaron residuos delante de los inspectores, desafiando las ordenanzas y negándose a firmar las actas de infracción.
La secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Alicia Mannucci, remarcó que “es responsabilidad del municipio limpiar los microbasurales, pero también lo es del vecino dejar de generarlos”. En ese sentido, señaló que la actitud de quienes contaminan las bardas no solo degrada el ambiente, sino que también afecta a toda la comunidad.
Los microbasurales constituyen focos de contaminación que impactan en la flora, la fauna y en la calidad de vida de los vecinos de la zona. Frente a la reiteración de estas conductas, el municipio insiste en que existen alternativas gratuitas y accesibles para la disposición de residuos, como el Centro de Acopio “Las Jarillas”, abierto de lunes a viernes de 8 a 17 y los sábados de 8 a 13.
La campaña municipal es clara: basta de ensuciar lo que es de todos. Contaminar la barda no solo representa un daño ambiental, sino también un acto de desinterés por la ciudad y la naturaleza.