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Jueves 11 de Diciembre, Neuquén, Argentina
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Sin rumbo y sin ayuda: el caso del joven que deambula por Centenario y preocupa a todos

Desde hace varios días, un joven en evidente crisis mental deambula por el Casco Viejo de Centenario, protagonizando episodios de desorientación, gritos e irrupciones en espacios públicos.

Por Redacción

Jueves, 11 de diciembre de 2025 a las 15:20
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Preocupación por actos de exhibicionismo

Desde hace varios días, quienes circulan por el Casco Viejo vienen cruzándose con un hombre joven que camina sin rumbo, desorientado y con claros signos de atravesar un serio trastorno mental. Su presencia se volvió frecuente y, con el correr de las horas, sus comportamientos empezaron a generar preocupación entre los vecinos no tanto por agresividad, sino por el estado en el que se encuentra y lo expuesto que queda.

El martes por la noche entró a un bar de la calle Darrieux, alterado y sin poder comunicarse con claridad. Algunos clientes creyeron que buscaba ayuda; otros notaron que no lograba ubicarse en el lugar. En pocos minutos empezó a gritar e insultar, y lo retiraron para evitar que se lastimara mientras esperaban a la Policía.

Desde allí caminó hacia la Plaza San Martín, donde varias familias disfrutaban del clima. De nuevo se lo vio agitado, sin conexión con su entorno y gritando cosas inconexas. Los efectivos lo demoraron porque llegó a ponerse agresivo y lo trasladaron al Hospital Natalio Burd. Pero pocas horas después volvió a aparecer en las calles, en las mismas condiciones.

Disturbios 

El miércoles por la mañana, vecinos de la calle Chile advirtieron que estaba insultando a mujeres que pasaban y se metía entre los autos. Los grupos de WhatsApp de la zona se llenaron de mensajes pidiendo asistencia, más por la preocupación por su estado que por miedo.

Ya en la tarde, el episodio más delicado volvió a darse en la plaza: deambulaba con los pantalones bajos y en un momento llegó a exhibir sus genitales frente a unos chicos que pasaban en bicicleta. Padres que estaban en los juegos se fueron rápidamente, sin saber cómo intervenir ni quién podía asistirlo. Después quedó solo, caminando de un lado a otro y sin ningún tipo de contención.

Un patrullero se acercó, y efectivos policiales  intentaron hablar con él. Pero no lograron que se moviera del lugar. Entró a la iglesia mientras había misa, revisó tachos de basura, volvió a la plaza y continuó mostrando un comportamiento errático. Los médicos del hospital fueron notificados otra vez, pero la respuesta volvió a ser limitada: sin un consentimiento expreso o sin que exista un riesgo concreto y comprobado, las internaciones en salud mental no pueden prolongarse.

Desamparo

Lo ocurrido reabre la discusión sobre cómo se aplica la actual Ley de Salud Mental y qué herramientas reales tienen las instituciones para intervenir cuando una persona, claramente en un estado mental alterado, queda librada a la calle sin una red que lo sostenga.

Según trascendió, el hombre sería oriundo de Neuquén capital, paciente de un hospital de la ciudad y hoy en situación de calle. No está claro cómo llegó a Centenario ni si alguien lo busca. Mientras tanto, él continúa deambulando por la zona más concurrida del centro, expuesto a su propia fragilidad, mientras los vecinos, la Policía y el personal de salud intentan contener un problema que supera, por lejos, lo que puede resolverse en una guardia o con la intervención de un patrullero.

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