El veterinario Gerardo Rodríguez estaba haciendo un relevamiento de productores en Río Negro, durante los meses invernales, cuando se encontró, hace varios años, con una de las especies más “raras” y únicas de equinos: los caballos con rulos, o Bashkir Curly. Desde entonces, se convirtió en el único criador de Sudamérica de esta raza y trabaja en protegerla.
“Aparentemente, en la meseta de Somuncurá sería el lugar donde quedaron aislados hace aproximadamente 600 años, y se calcula que se produjo una mutación que les generó los rulos hace más de 300 años, como una adaptación al riguroso clima de la meseta”, explica. Él es patagónico y propietario, junto a su esposa Andrea Sede, de la cabaña Yeguada Rodríguez, donde el próximo 11 de octubre se llevará a cabo el 3º Encuentro Anual de Caballos con Rulos.
Un hallazgo inesperado
“Ser veterinario fue algo que tuve claro desde una edad temprana, y los caballos siempre me apasionaron. Tuve la oportunidad de disfrutarlos desde muy chico”, cuenta Gerardo, quien nació y creció en Maquinchao.
“Al concluir los estudios de nivel primario, mis padres me enviaron a realizar el secundario al internado de los Hermanos Maristas de Luján. Luego ingresé en la Facultad de Veterinaria de Tandil (Buenos Aires). Al finalizar mis estudios, trabajé en un haras de Sangre Pura de Carrera (SPC), y cuando me tocó el servicio militar fue en el Regimiento de Caballería N° 4 de San Martín de los Andes”.
Al terminar esa etapa, Gerardo recorrió y trabajó en regimientos de caballería y en diversos establecimientos dedicados a la cría y el cuidado de caballos, tanto en Buenos Aires como en Entre Ríos.
“En el año 2007 decidí, por distintas razones, volver a Río Negro, donde el primer año me desempeñé para una institución pública de sanidad georreferenciada en la región. Y gracias a eso, me encontré con estos caballos”, recuerda.
El mito y la ciencia
Según cuentan los historiadores, cuando Charles Darwin documentó meticulosamente la flora y fauna de la Patagonia, había oído rumores sobre estos caballos, pero nunca consiguió encontrarlos. “La gente del lugar me contó que antes había muchos ejemplares, pero por factores climáticos y falta de pasturas fueron desapareciendo”, recuerda el veterinario.
Luego de 190 años de la expedición del naturalista inglés, Gerardo tuvo su primer acercamiento con los caballos con rulos en la meseta rionegrina, un poco por casualidad y otro poco por curiosidad. “Antes de verlos no sabíamos nada. De hecho, cuando los vi por primera vez pensé que tendrían alguna enfermedad; nunca en mi vida había visto un caballo con rulos. Buscamos con Andrea información en internet, pero tampoco había nada”, recuerda.
Tras muchos años de búsqueda, finalmente el matrimonio logró contactar a Angie Gaines, de la ABCR Registry de EE. UU. (un registro para preservar y promover la rara raza equina de caballos Bashkir Curly), y también al biólogo genetista Dr. Mitch Wilkinson, de la International Curly Horse Organization (ICHO), de la cual pasaron a ser miembros.
Y cuenta: “En el año 2019 nos visitó el Dr. Wilkinson para tomar muestras de sangre y crines, y los resultados dieron que eran únicos en el mundo. Eso generó mucha repercusión a nivel nacional e internacional. Hoy la responsabilidad es solo nuestra, y hacemos lo que podemos para preservarlos”.
La estepa abre sus puertas
Casi 20 años después de iniciada esta historia, Gerardo y Andrea conviven con 40 ejemplares de caballos de pelaje rizado. “Con la intención de formar una manada, fuimos comprando sin saber nada de su historia ni que fueran únicos. Nos enamoramos en cuanto trajimos los primeros”, comparte Gerardo.
“La verdad es que aún están en riesgo de desaparecer. Los campos no tienen suficiente alimento; la meseta de Somuncurá, que fue su hogar, está incluso peor, sin agua, ya que esta proviene de los deshielos, y en los últimos años no nevó lo suficiente. Estamos intentando formar una asociación para poder juntar fondos y mantenerlos de la mejor manera”, explica.
Con esta intención, la Yeguada Rodríguez abrirá las puertas de su establecimiento para celebrar el 3° Encuentro de Caballos con Rulos, el próximo 11 de octubre desde las 10 de la mañana.
“Desde el primer año viene gente de distintos puntos del país, algo que nos sorprendió muchísimo, porque Maquinchao está muy alejado de las grandes ciudades. Sentimos que estos caballos lograron que nos vengan a visitar desde muchas partes”, resalta Andrea, su compañera.
En cuanto a la organización del evento, ella detalla: “Los esperamos con tortas fritas recién hechas, calentitas, bebidas calientes y frías a disposición. Luego hacemos un paseo por los corrales, charlamos sobre los caballos... La gente quiere conocer en primera persona cómo es nuestra historia y la experiencia de encontrarnos con estos animales. Es algo muy lindo y muy emotivo”.
La jornada también incluye una comida completa, con entradas típicas, fiambres, carnes asadas, verduras cocidas y crudas, además de música en vivo y danzas folclóricas.
“La verdad es que pasamos un día súper lindo, donde la gente se relaja. Tenemos un cupo máximo de 80 personas, que ya está casi completo, porque justamente queremos evitar aglomeraciones. Quienes vienen buscan un poco la tranquilidad de estos pueblos, donde la ruta es tranquila, sin mucho tránsito, y pueden disfrutar de un hermoso día de campo en el pueblo, como decimos nosotros”, cierra Andrea.