La sexóloga neuquina Daniela Reyes Alonso analizó en profundidad los vínculos contemporáneos, atravesados por la lógica de las redes sociales, las aplicaciones de citas y el temor a ser catalogados como “tóxicos”. En una entrevista en el programa “No sale de acá”, que se transmite por Versus Stream, la especialista advirtió sobre una transformación en la manera de relacionarse, si antes el sexo era tabú, ahora lo es el sentimiento.
“Hoy está mal vista la intensidad en las relaciones”, sostuvo Reyes Alonso, al describir cómo muchas personas, especialmente jóvenes, evitan mostrar vulnerabilidad o expresar emociones reales para no parecer “intensos” o “dependientes”. El resultado es una nueva forma de represión y más silenciosa, pero igualmente presente, la de no sentir demasiado.
Según explicó, la hiperconectividad actual facilitó los encuentros casuales y eliminó muchos de los antiguos prejuicios en torno a la sexualidad. Sin embargo, esa apertura vino acompañada de una creciente dificultad para establecer vínculos afectivos genuinos. “Desnudarse ya no cuesta. Lo difícil ahora es abrir el corazón”, sintetizó.
La sexóloga remarcó que, aunque las relaciones casuales son más frecuentes y aceptadas, eso no significa que estén exentas de emociones. “No somos máquinas buscando orgasmos. Incluso el deseo, el entusiasmo o la expectativa son emociones. Y todas merecen cuidado”, explicó, haciendo hincapié en la necesidad de responsabilidad afectiva, incluso cuando los vínculos no llevan etiquetas.
Uno de los comportamientos más comunes que Reyes Alonso critica es el ghosting, desaparecer de manera repentina y sin explicación, que, según afirma, puede generar impactos profundos en la autoestima de las personas involucradas. “Cada visto clavado duele. Y muchas veces las personas terminan en terapia por estas heridas emocionales”, alertó. La especialista sostuvo que la clave está en la comunicación clara, honesta y empática. “Incluso cuando no buscamos lo mismo, hay formas amorosas de decirlo. Nunca hay que desaparecer sin hablar”, señaló.
En este nuevo escenario, donde los cuerpos se muestran sin pudores, pero los sentimientos se ocultan como un acto de debilidad, Reyes Alonso propone revisar los paradigmas actuales. “Nos animamos al sexo sin filtros, pero le tememos al amor. Queremos conexiones reales, pero huimos al primer gesto de afecto”.