En marzo de este año, celebrábamos el cierre definitivo del Aquarium de Mar de Plata, con la promesa de que todos los animales que durante años estuvieron alojados allí, iban a ser trasladados a un oceanario de la región y/o reubicados en santuarios, no en lugares similares.
A cinco meses de aquella noticia, las que se conocen hoy no son tan alentadoras.
Ante la preocupación de vecinos y proteccionistas de Mar del Plata, el intendente de la ciudad hizo una presentación en la justicia. Ahora se suma el fuerte descargo que hizo la Fundación Fauna Argentina (FFA), la ONG que viralizó las imágenes del actual estado de las instalaciones del acuario y de las especies que todavía están allí.
El único que recuperó la libertad fue el tortugo Jorge, como lo comentábamos en la nota del 6 de agosto, que volvió por sus propios medios a su hábitat natural. Fue monitoreado hasta que se perdió la señal, pero el último registro lo ubicó en la Bahía de Guanabara en Río de Janeiro.
A los delfines se los ve en agua turbia, ese no es el color del mar, eso es producto de la proliferación de algas, esto se produce en piletas donde no hay circulación de agua y donde se acumula suciedad y materia orgánica. Estas declaraciones pertenecen a Juan Lorenzani, presidente de la FFA quien dio más detalles de lo que se vio en el Aquarium.
En una de las fotos se puede ver a un lobo marino en un rincón, solo y recostado sobre un paredón de piedras, una imagen de real abandono.
Según la denuncia presentada por el municipio, esta situación incluye 10 delfines, decenas de pingüinos, lobos marinos y lémures, confirmó el secretario de Gobierno de General Pueyrredón, Mauro Martinelli, quien propuso visitar el predio al menos cada dos días, para controlar la alimentación y el peso de los animales.
Hoy todas las especies deberían estar en México, pero la Provincia de Buenos Aires que es la autoridad de aplicación, no autorizó el traslado y tampoco dio ninguna justificación.
Estos animales, al haber nacido y crecido en cautiverio, no pueden ser liberados y necesitan cuidados específicos. No saben alimentarse ni comportarse en la naturaleza, porque están acostumbrados a comer de la mano del hombre.
Desde el Aquarium y ante las denuncias presentadas, aseguran que en el lugar quedaron trabajando 24 empleados encargados del bienestar de los ejemplares que aún viven ahí. Aseguran que veterinarios, biólogos y cuidadores, concurren todos los días cumpliendo su jornada habitual para cuidar y alimentar a cada uno de los animales, puntualizando que cada día se procesan y suministran 160 kg. de alimento entre pescado, fruta y alimento balanceado.
Sin dudas la responsabilidad directa sobre la fauna recaen en los titulares del Aquarium, pero también hay que exigir al gobierno de la provincia de Buenos Aires a través de la Dirección Provincial de Recursos Naturales que es la autoridad de aplicación, respuestas y acciones concretas para resolver la situación de todos éstos animales.