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Domingo 07 de Septiembre, Neuquén, Argentina
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Una semana dificil para Trump: del ninguneo de Xi Jinping y Putin a tener a Maduro en la mira

Mientras Xi Jinping reúne al club antioccidental más poderoso del planeta, Estados Unidos responde escalando la presión militar contra Venezuela en busca de recuperar la iniciativa perdida.

Domingo, 07 de septiembre de 2025 a las 10:01
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TRump Y marco Rubio van por Maduro
El ataque a la lancha "narco" inició la campaña militar de EEUU sobre Venezuela
China desplegó su poderío militar
China dominó la escena internacional esta semana
Puti, Xi y Kim: una foto que inquieta a Occidente

Los "objetivos legítimos" de Putin y Trump, y la contundente demostración de poder político y militar desplegada por Xi Jinping esta semana, revelan cómo están posicionados los principales líderes mundiales en el actual escenario internacional. Mientras el presidente ruso advirtió que atacaría a soldados de países europeos si se atreven a poner un pie en Ucrania, y Trump inició su guerra contra Maduro y los cárteles del narcotráfico hundiendo un barco, Xi Jinping reunió en una semana a todos los socios más poderosos del club antioccidental.

Trump acorrala a Maduro

El ataque al barco venezolano en el que murieron 11 personas, a quienes la administración Trump acusó de ser miembros de la organización criminal Tren de Aragua, no se trató de un acto de improvisación: el gobierno de Estados Unidos preparó meticulosamente el terreno legal para, por un lado, lanzar una guerra contra los cárteles de la droga y, por otro, implícitamente, acorralar a lo que ya consideran, desde que fue declarado líder de la organización terrorista Cartel de los Soles, un objetivo legítimo: Nicolás Maduro.

Para hacerlo, además de crear la legitimidad jurídica internacional, Trump ordenó un despliegue militar sin precedentes en el que incluyó tres destructores en el mar Caribe, algo que parece demasiado para combatir lanchas de narcos, pero que quizás no alcance por sí solo para convencer a Maduro de que debe irse si no quiere terminar mal.

¿Pero por qué este ataque de Trump ahora? Una explicación posible es que esta no fue una buena semana para él y que necesitaba recuperar protagonismo. Las fotos de Xi Jinping, Putin, el norcoreano Kim Jong-un y el líder indio Modi no le cayeron bien a Trump. Lo dejó por escrito en un mensaje cargado de ironía: "Les pido que transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y Kim Jong-un, mientras conspiran contra Estados Unidos de América". También se ocupó de Xi, por lo menos en las redes sociales, al criticarlo por no reconocer el papel de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. ¿Necesitaba recuperar la iniciativa y eligió Venezuela como escenario perfecto? Marco Rubio, quien desde hace mucho tiene en la mira a Maduro, se puso a la cabeza de esa embestida contra el dictador venezolano. No es casual que el ataque a la embarcación en pleno mar Caribe haya sido el martes por la tarde, horas antes del inicio del desfile en China, que tuvo lugar en la mañana del miércoles.

Trump pasó de la amenaza a la acción directa y alimentó los análisis sobre hasta dónde pretende llegar en la guerra contra los narcos y si su objetivo real es sacar a Maduro de Venezuela. Ninguneado por Putin luego de que le desplegara una alfombra roja en Alaska, y desafiado por Xi Jinping, quien se erigió esta semana en el centro de la política mundial, muchos se preguntan si hará lo que sus asesores no le dejaron hacer durante su primer mandato: invadir Venezuela para sacar a Maduro. Parece poco probable que lo haga, y mucho menos que, de hacerlo, tenga éxito: la experiencia marca que los cambios de régimen que impulsó Estados Unidos nunca terminaron bien, ni para los países en los que se hicieron ni para Estados Unidos. De todos modos algunas fuentes del gobierno de Trump revelaron a la prensa que el presidente sí considera atacar blancos narcos dentro del territorio venezolano para debilitar al régimen.

El dictador venezolano se muestra firme y, además de movilizar a su milicia, que dice que es de 4 millones de combatientes preparados para "la lucha armada contra el imperio", hace lo que siempre hizo: reagrupar a sus leales en torno a la exacerbación del nacionalismo bolivariano que se alimenta siempre del antiimperialismo. En las últimas horas la tensión creció después de que Estados Unidos denunciara que aviones militares de Venezuela sobrevolaron de modo agresivo uno de los buques estadounidenses que están en la zona. Lo calificaron como un "movimiento altamente provocador".

China en los ojos del mundo

Mientras todo esto pasaba en América Latina, la atención mundial estaba puesta en China. Como se esperaba, se produjo la foto más inquietante para Occidente: Xi Jinping, Vladimir Putin, Narendra Modi, Kim Jong-un y los presidentes de Irán, entre otros, estuvieron en Beijing. También estuvo Antonio Guterres, el mandamás de la ONU, toda una señal. Primero en la cumbre de la Organización para la Cooperación de Shanghái y luego para un desfile militar masivo para conmemorar los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.

El mensaje quedó claro: Pekín se posiciona como punto de referencia para quienes desafían a Washington, pero también a Europa. Detrás de esa foto hay una profunda cooperación en asuntos de extrema sensibilidad, como el apoyo a Rusia en la guerra en Ucrania, que desespera a Europa. Un rápido repaso: Corea del Norte le envió tropas a Putin, Irán proporcionó drones y China fue, y aún lo es, su salvavidas económico y diplomático.

Europa también reaccionó, a su manera, a la foto de Pekín. Se juntaron sus líderes con Zelenski y avisaron que estaban dispuestos a desplegar sus soldados en Ucrania después de que se firmara un acuerdo de paz, para garantizar la seguridad de ese país. Putin tampoco la dejó pasar y advirtió que las tropas extranjeras en Ucrania siempre serán para él objetivos legítimos.

A Trump le está fallando la estrategia de separar a Rusia de China. Parece que necesitará más que cortejar a Putin, quien por ahora parece preferir seguir cerca de Pekín a pesar de que le preocupa la dependencia económica que tiene de Xi Jinping. Por ahora los sigue uniendo su enemistad y competencia común con Estados Unidos. Algo parecido pasa con India, que parecía cerca de Estados Unidos, sobre todo después de los enfrentamientos fronterizos que tuvo con China, pero la embestida arancelaria y los insultos de Trump facilitaron la foto de Modi con Xi y Putin en la cumbre de Shanghái.

Un eje antioccidental

Trump terminó quizás la peor semana desde que volvió a la presidencia de Estados Unidos. Escaló el conflicto con Maduro para intentar recuperar el protagonismo que sus principales rivales y enemigos le arrebataron, pero los flashes siguieron estando en China. Igualmente, parece poco para responder a este desafío mayúsculo que le propuso el eje antiestadounidense y antioccidental que esta semana se fortaleció en su cara y que puede complicarle su presidencia.

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