El actor chileno Pedro Pascal, reconocido mundialmente por su papel en series como The Mandalorian y The Last of Us, se encuentra en una disputa legal con una marca de pisco que lleva su nombre “Pedro Piscal”, registrada por un emprendedor de Santiago.
El origen de la disputa se remonta a finales de 2022, cuando David Herrera ideó el nombre durante una reunión familiar. Inspirado en la uva Pedro Jiménez y en un juego de palabras con el término “pisco”, decidió registrar la marca en el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INAPI). Su solicitud fue aprobada en 2023 y, un año después, el producto comenzó a comercializarse como un pisco premium.
Sin embargo, la elección del nombre desató la polémica. Los abogados de Pascal sostienen que “Pedro Piscal” es prácticamente idéntico a nivel gráfico y fonético al nombre del actor, lo que podría inducir a confusión y hacer creer a los consumidores que el intérprete está vinculado al producto. Además, recalcan que Pascal ya participa como rostro de campañas de bebidas alcohólicas, como la cerveza Corona y el vino Casillero del Diablo.
La defensa de Herrera, en cambio, asegura que la marca fue registrada de buena fe y que nunca buscó aprovecharse de la fama del actor. Explican que el término “Pedro” hace referencia a la cepa de uva utilizada y que “Piscal” se relaciona directamente con el pisco, sin alusión a Pascal. También remarcan que la botella no utiliza su imagen ni elementos relacionados con él.
El caso ya tuvo un primer capítulo en 2024, cuando Pascal ganó una disputa por el uso de los dominios web vinculados a la marca. NIC Chile resolvió que páginas como pedropiscalpisco.cl podían generar un aprovechamiento indebido del nombre del actor, fallando a su favor. Ahora, el conflicto avanza en la instancia principal: el juicio ante INAPI.
La disputa se encuentra en etapa de pruebas, con ambas partes presentando sus fundamentos. El equipo de Herrera incluso solicitó la declaración de Pascal en una audiencia telemática, aunque hasta el momento no se concretó. Los abogados del empresario insisten en que el actor debe responder directamente por las acusaciones, mientras la defensa de Pascal insiste en la cancelación inmediata de la marca.
El proceso judicial recién comienza y podría extenderse hasta dos años. De no resolverse en INAPI, el caso podría escalar a instancias superiores, incluso llegar a la Corte Suprema chilena, lo que transformaría el pleito en un precedente clave en materia de propiedad intelectual y libre competencia.