En la Casa Rosada esperan que la desafiliación de Patricia Bullrich del PRO derive en una diáspora de pases de muchos dirigentes para conformar una alianza electoral de octubre y forzar el quiebre en los bloques parlamentarios en el Congreso nacional, en las legislaturas provinciales y en los concejos deliberantes municipales.
Esto se produce también, mientras avanzan las negociaciones entre LLA y dirigentes del PRO bonaerense para conformar una alianza electoral en la estratégica provincia de Buenos Aires, sin la participación justamente, de Macri.
El pase de Bullrich a La Libertad Avanza es un paso más en el objetivo de debilitar el liderazgo del expresidente, que presenta listas propias del PRO a las legislativas locales del 18 de mayo, como forma de sostener el poder después de gobernar por dos décadas la Ciudad.
Bullrich había dicho a sus colaboradores que no quería ser candidata en las próximas elecciones en CABA porque quería evitar que la campaña se convierta en una "batalla de nombres" entre ella y Macri. "Eso llevaría a personalizar la elección y desviar la estrategia del gobierno" para que sea una pelea entre "modelos".
En la Casa Rosada ya admiten que a Bullrich no le quedará otra alternativa que aceptar ser candidata a senadora en las elecciones nacionales de octubre si es que, finalmente, la presidenta del partido de Milei se lo pide.