Vecinos del barrio Paso Córdoba, en Roca, denunciaron públicamente la grave contaminación del agua que llega a sus viviendas, con presencia de barro, mal olor y una sustancia aceitosa de color negro que la vuelve insegura para el consumo. Además, alertaron sobre la posible presencia de petróleo en el Río Negro y en las canillas, además de residuos provenientes de una chanchería ubicada río arriba. La situación afecta directamente la salud y calidad de vida de la comunidad.
Según el reclamo vecinal, el río —fuente vital para el abastecimiento local— muestra restos de hidrocarburos y desechos fecales, mientras que del lado este del barrio hay sectores que llevan semanas sin recibir agua. A pesar de ello, los vecinos continúan recibiendo y pagando las facturas como si el servicio funcionara con normalidad. La indignación crece ante la falta de respuestas institucionales y la persistencia del problema.
En este contexto, se convocó a una manifestación que se realizó este domingo en el puesto de turismo del Área Natural Protegida Paso Córdoba. El objetivo fue visibilizar el reclamo barrial, exigir soluciones reales y urgentes, y promover la participación ciudadana.
Mateo Olivero, vecino del barrio Paso Córdoba, relató en Radio La Super que la comunidad organizó una movilización hacia el puente ubicado sobre la Ruta 6 y logró pedirle una reunión al gobernador Alberto Weretilneck durante la Expo Rural. “Le mostramos el agua que sale de nuestras canillas, negra y con olor a petróleo. Nos fuimos conformes porque en 45 días nos prometió una solución”, explicó. La convocatoria surgió ante la falta de respuestas de Aguas Rionegrinas y del Departamento Provincial de Aguas (DPA), a quienes se les presentó el reclamo formal. Según Olivero, un análisis físico-químico reveló niveles de hierro superiores a los permitidos, y ya se registraron casos de alergias y daños capilares en vecinas del barrio.
El vecino también advirtió sobre la posible relación entre la contaminación y la actividad hidrocarburífera en la zona. “Hay que analizar si el fracking no está dañando las capas de agua. Nunca Aguas Rionegrinas nos brindó agua potable”, señaló. La comunidad evalúa avanzar con una denuncia penal si no se obtiene una respuesta institucional concreta. Olivero vive hace cuatro años en el barrio, pero asegura que el problema viene desde mucho antes. “El agua tiene una sustancia aceitosa, como parafina de petróleo, y seguimos pagando facturas como si el servicio fuera normal”, agregó. El reclamo barrial se sostiene con acciones colectivas, registros fotográficos y llamados a la participación ciudadana.