Este viernes 19 de septiembre, a las 20, el escritor argentino Eduardo Sacheri presentará en el Auditorio Marcelo M. Berbel de la Feria Internacional del Libro de Neuquén, su novela Demasiado Lejos (Alfaguara).
La obra propone una perspectiva distinta sobre la Guerra de Malvinas: no la de los soldados en las islas, sino la de quienes vivieron aquel conflicto “a miles de kilómetros del frente”, en Buenos Aires, atrapados entre la euforia inicial, la incertidumbre y la desolación final. Sacheri se sumerge en el clima emocional de Buenos Aires durante los meses críticos de abril a junio de 1982, para explorar no el frente, sino lo que sucede lejos del combate: en los hogares, los cafés, los medios de comunicación, los silencios y los entusiasmos colectivos.
Demasiado Lejos propone desplazarse del acontecimiento militar visible hacia lo cotidiano invisible: los personajes anónimos, los lazos sociales, la manipulación mediática, los efectos del discurso institucional, todo aquello que hizo que la Guerra de Malvinas fuera algo muy vivido por muchos que no estuvieron allí.
Sacheri reconstruye un Buenos Aires agitado por la incertidumbre y el fervor patriótico, también por el silencio que siguió a la derrota. “La memoria es una construcción subjetiva, sentimental, basada en tus emociones, en esas huellas emocionales que te quedan”, dijo el autor al hablar del trasfondo del libro.
Lejos de una crónica histórica, Demasiado lejos se construye como una historia coral. A través de bares porteños, oficinas gubernamentales, una embajada y hogares familiares, Reconstruye el clima emocional de un país sacudido por uno de sus momentos más críticos.
Entre los personajes se destacan Ascasubi y Juárez, empleados de la Casa Rosada que presencian las decisiones del poder sin poder influir en ellas, y Alcira, una joven secretaria de la embajada argentina que atraviesa cambios decisivos en lo personal y lo profesional.
“Me interesa más esa pequeña escala de las personas comunes para contar las historias”, señaló Sacheri en entrevistas recientes, destacando que su intención fue rescatar las voces de quienes quedaron en los márgenes de la historia oficial.
A lo largo de sus 432 páginas, la novela entrelaza tensiones políticas, dilemas íntimos y las huellas emocionales que dejó la guerra en la vida cotidiana. “Ese silencio incómodo es el que a mí me motivó… Creo que está bueno hacerse cargo y decir cómo nos equivocamos”, expresó el autor sobre el trasfondo que lo impulsó a escribir esta novela histórica.
Es una invitación a mirar lo que dejamos atrás, lo que callamos, lo que interpretamos. Es entender que la guerra no solo se lucha con fusiles, sino también con palabras, silencios, certezas compartidas y dudas calladas. Es una obra que potencia la memoria, no para revivir el dolor, sino para comprenderlo y hacerlo parte de un presente menos complaciente.
La obra no busca heroísmos sino humanidad: muestra cómo la guerra alteró irreversiblemente las vidas de ciudadanos comunes, revelando la complejidad de la memoria colectiva y la identidad nacional.