El Borracho que destrozó su auto contra un poste de luz en Centenario mientras que sus compañeros de trabajo se salvaron de milagro estuvo a punto de impactar contra una escuela, porque la columna de luz contuvo el encontronazo.
El colegio en cuestión es una escuela de inglés con anexo jardín de Infantes. Ambos establecimientos quedan a expensas de los vehículos que ingresan a gran velocidad desde la primera rotonda de la Ruta 7, porque sus edificios están antes de la intersección con José Ianni.
Reclamos que se reiteran
De hecho desde esos lugares expresaron su preocupación, porque tanto docentes como padres señalaron que hace años piden reductores de velocidad y sendas peatonales. Buscan velar por la seguridad de sus hijos y alumnos. “El vehículo hubiera terminado dentro de nuestro edificio” reiteraron.
Cabe recordar que el siniestro que renovó los reclamos ocurrió en la noche del lunes. Fue cuando un joven de 20 años completamente alcoholizado manejaba un Chevrolet Prisma gris a toda velocidad con dos compañeros de trabajo a bordo. El desenlace fue brutal: perdió el control y terminó incrustado el alumbrado público, dejando el vehículo convertido en un amasijo de hierros.
Imprudencia total
Cuando las autoridades inspeccionaron el vehículo, se encontraron con un detalle indignante: la rueda trasera derecha era de auxilio, del tipo “ruedín”, diseñada solo para circular a menos de 80 km/h en asfalto y menos de 60 en tierra. El joven no solo manejaba borracho. Según constató la policía, tenía 0,86 gramos de alcohol en sangre, y además se lanzó a toda velocidad con un neumático que no estaba en condiciones para semejante imprudencia.