La tragedia sobre la ruta Nacional 22 que ya conmociona al Alto Valle sumó en las últimas horas un nuevo dato: el conductor de la Amarok negra sin patente que embistió a la familia que iba rumbo a Las Grutas, es Axel Adrián Araneda, un viejo conocido del narcotráfico en la región, pese a tener solo unos 30 años. El test de alcoholemia arrojó que manejaba con 0,46 gramos de alcohol en sangre.
El "Chinito", como lo conoce todo el mundo en Allen, por su alto perfil y manejar siempre vehículos de alta gama, lideraba una banda que actuaba en toda la región y fue condenado en 2019, también participó desde muy joven en una organización que lideraban sus padres, que movía cientos de kilos de marihuana. Además de estar vinculado a otros delitos en los últimos años, brindándole protección al conocido delincuente Larry Vera.
Araneda no es un apellido nuevo para los investigadores federales. En 2019 fue condenado a cinco años de prisión de cumplimiento efectivo por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. La sentencia surgió de una investigación compleja que lo ubicó como uno de los cabecillas de una banda narco que operaba en Allen, Cipolletti y varias localidades del Alto Valle. Antes de esa condena, en 2018 ya había sido atrapado como parte de una red que movía droga, dinero y logística de distribución.
Sin embargo, y pese a su historial, Araneda logró acceder tiempo atrás a beneficios judiciales. Tras un planteo de su defensa, el Tribunal Oral Federal de General Roca le otorgó la libertad condicional en 2022, solo con pautas de conducta. Desde entonces, su nombre volvió a aparecer en episodios policiales. Ahora quedó involucrado en el choque en el que murieron tres personas y destruyó una familia.
Antecedentes pesados desde adolescente
Pero su historia criminal va mucho más atrás. En 2016, los padres del “Chinito” Araneda fueron atrapados con 844 kilos de marihuana, una cifra que todavía hoy impacta en los archivos federales. Favio Araneda y su mujer Natalia Solís traían la droga desde Misiones, almacenada en Allen y distribuida en Neuquén. En ese operativo también se vio involucrado Axel, acusado como partícipe en la estructura familiar. Su hermano, que estaba a días de cumplir 18 años, quedó bajo tutela judicial.
Además, la causa dejó un tendal de procesados en Neuquén: Johnatan Ayala, María Rosa Enrique, Macarena y Romina Ayala, entre otros. También fueron detenidos Martín Fleytas, dueño del motorhome donde trasladaban la marihuana. La familia Araneda, según confirmaron en aquel momento fuentes federales, había ocupado el espacio que quedó tras el asesinato en prisión del histórico narco “Cacha Pelada” Ayala, quien dominaba la venta de marihuana a principios de los 2000 y pujaban con la familia Montecino por ser los capo narco de la zona.
Como si todo eso fuera poco, Axel Araneda volvió a estar en el foco de los investigadores policiales, cuando en su chacra de Guerrico, enre la ruta 65 y el canal Principal de Riego, encontraron un tractor robado a un chacarero de Allen. Nada nuevo para un apellido que convivió siempre con allanamientos, secuestros de vehículos y sospechas de actividad narco permanente.
La tragedia de la ruta 22
Hoy, ese mismo hombre es el que manejaba la camioneta negra sin patente que impactó a la Ford Ecosport en la que viajaba una pareja de abuelos, Pastor Gutiérrrez quien sobrevivió y su esposa, una médica de Catriel, Liliana Cocuzza, su hija Carina y sus dos nietos. Tras el choque, la Ecosport se incendió y murieron la abuela y los dos menores. La costosa Volkswagen Amarok V6, impactó al vehículo menor y quedó destruída varios metros más adelante, con su parte de adelante humeando.
Araneda fue trasladado al hospital y quedó bajo custodia policial. Las próximas horas serán clave para confirmar su estado, los exámenes toxicológicos y el eventual avance de una causa que, por el nivel de tragedia y su historial criminal, promete generar un fuerte impacto judicial y político en toda la provincia.
Fuentes cercanas al hospital Ernesto Accame, describieron una situación de mucha tensión, cuando minutos después del traslado de Araneda, llegó su madre, Natalia Solís, quien protagonizo una escena muy violenta. Aseguraron que quiso entrar por la fuerza a la guardia con la intención de llevarse a su hijo. Al punto que debió intervenir el personal policial para resguardar a los médicos y enfermeros que lo atendían y sacar del lugar a la mujer.