La conmoción por la muerte de Franco, el joven de 31 años hallado sin vida este domingo en una plazoleta de Plottier, se transformó en un profundo dolor para los vecinos que lo veían a diario. Muchos lo conocían desde chico y aseguraron que, pese a sus dificultades, siempre mantenía un trato respetuoso y afectuoso con quienes se cruzaba.
El cuerpo fue encontrado poco después de las 14 en la plazoleta de Battilana y Santa Cruz. Aunque la Policía no detectó signos de violencia ni intervención de terceros, los investigadores buscan reconstruir sus últimas horas. Franco había sido internado el sábado tras una caída y dado de alta horas más tarde. Vecinos contaron que, ese mismo día, le habían dado pan y algo de comida, preocupados por su estado.
Los primeros indicios señalan que habría sufrido una fuerte caída y quedado en una posición que le impidió incorporarse. No descartan que se haya atragantado con la comida que estaba ingiriendo. La autopsia será clave para determinar la mecánica exacta del fallecimiento, mientras que familiares y allegados ya fueron notificados.
En redes sociales, el barrio expresó su despedida entre mensajes de tristeza, impotencia y cariño. “Franquito, no eras mala persona, solo estabas rodeado de malas amistades”, escribió un vecino que solía cruzarlo todos los días. Otros recordaron su saludo respetuoso y su fanatismo por el club local, donde se lo veía con frecuencia alentando desde la tribuna.
Dolor entre vecinos y allegados
También hubo reproches y cuestionamientos por su situación de vulnerabilidad. “¿No es el mismo chico por el que habían pedido asistencia hace semanas? Nadie hizo nada…”, comentó una vecina, en referencia a los reclamos para que Acción Social interviniera.
Las palabras más dolorosas fueron para su familia, especialmente su mamá, quien —según relataron los vecinos— luchó durante años para sostenerlo. “Siempre estuvo con él, siempre peleó por su bienestar”, recordó una amiga de la familia.
Mientras la investigación avanza para aclarar qué pasó en las horas previas a su muerte, en el barrio sólo queda una certeza: Franco era un chico querido, marcado por problemas de salud que nunca logró superar, y cuya pérdida golpea con fuerza a toda la comunidad.
Lo que se sabe de la investigación
La Policía descartó violencia externa y espera la realización de la autopsia para confirmar la presunción que manejan: que la muerte se debió a una caída y posterior atragantamiento; el joven había recibido comida momentos antes y atravesaba un cuadro de alcoholismo y trastornos mentales que lo mantenían en situación de calle, pese al acompañamiento de su familia.